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Astenia Otoñal: ¿Es normal que me sienta así?

Al fin llegó el Otoño y con él muchas veces viene de la mano la astenia. Cuando hablamos de astenia, nos solemos referir a esa debilidad o fatiga general que está asociada a cambios de humor que dificultan realizar tareas que en condiciones normales hacemos fácilmente.

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Dicen los estudios que el ser humano busca un confort climático caracterizado por determinados parámetros de temperatura (20-25ºC), humedad (40-70%), velocidad del aire (0,15-0,25 m/s) y presión (1.013,2 mb), baja contaminación y predominio de iones negativos en la atmósfera. Fuera de estos baremos hay tendencia a que aparezca algo que se ha denominado como “estrés meteorológico”. Este estrés pone a prueba nuestros mecanismos de adaptación. Por lo tanto es fácil deducir que el tiempo atmosférico afecta en nuestro estado de ánimo. Quizás más de lo que te habías planteado.

En 1815 el volcán Tambora (Indonesia) entró en violenta erupción. Fue la mayor explosión de la Era Moderna. En Sumatra (a 2.500 km) escucharon la explosión. Se estima que arrojó 140.000 millones de toneladas de roca volcánica y que la columna de humo alcanzó los cuarenta kilómetros. El Tambora pasó en días de medir 4.300 m. a algo más de la mitad. El tsunami que provocó llegó a inundar vastas zonas en China convirtiendo los arrozales en ciénagas. La gran cantidad de ceniza y azufre que se arrojó a la atmósfera ocultó la luz solar en 600 km a la redonda durante días. Además provocó una alteración climática que hizo desaparecer en todo el hemisferio norte el siguiente verano, el de 1816, considerado más frío del milenio (llegando a bajar las temperaturas  20ºC). En Europa lo sufrimos con frías nevadas y lluvias perpetuas durante los meses de julio y agosto. Por ello, 1816 fue bautizado como “el año sin verano”.

Obviamente además de las consecuencias locales e inmediatas, empezaron  otras consecuencias mucho más alejadas de Indonesia. Consecuencias históricas y políticas en una sociedad que ya estaba en plena transformación (esto es muy a tener en cuenta porque aunque use el volcán como parábola para llegar a donde quiero llegar, mi idea no es ser tan reduccionista ni determinista). El mal tiempo echó a perder las cosechas. Europa se  encontraba sin reservas de grano, consumidas en las recién finalizadas guerras napoleónicas. Hambrunas, revueltas y epidemias se tradujeron en miles de muertos. Y por lo tanto, miedo, mucho miedo.

Esto hizo que  las consecuencias fueran también culturales. El estado de ánimo de los artistas de hace ahora 200 años han quedado plasmadas en sus obras y la relación con su entorno inmediato ha hecho que cambiara a su vez nuestra visión del mundo. El sufrimiento dio paso a fantasías escapistas y poco a poco se fue dibujando el Romanticismo tal cual ahora conocemos.

Por esas fechas, William Turner pintaba en sus cuadros esos cielos tan reconocibles. Cielos  que plasmó sin saber que lo que les daba ese aspecto mágico era el azufre volcánico proveniente de una gigantesca explosión al otro lado del mundo. En ese año Edgar Allan Poe emprende un viaje a Inglaterra y encuentra un paisaje insólito: icebergs frente a las costas inglesas. Su obra Arthur Gordon Pym se inspira en ese momento. Mientras tanto, En Ginebra, en una masión a orillas del lago Lemán, tenía lugar la famosa reunión de Lord Byron con su médico Polidori, junto con Percy Shelley y Mary Godwin (conocida más tarde por el apellido de su marido como Mary Shelley). Hastiados de la lluvia incesante y mal tiempo  donde las tardes eran casi noche compitieron por crear historias de terror. Sus estados de ánimo quedaron plasmados en oscuras obras. Así nació Frankestein o el moderno Prometeo. Uno de los mejores relatos de terror escritos en todos los tiempos.

paula-lopez-baldomir-astenia-1Y ahora que te has hecho una idea de la magnitud que puede llegar a tener el tiempo climático y eres consciente de que el Otoño ya está aquí, entenderás que es normal que tu estado de ánimo sea diferente al de hace unas semanas.

Quizás durante estos días hayas notado que te falta energía, que tu ritmo de sueño está alterado, que sufres cambios de humor (sobre todo te notas más irritable de lo normal) y además te invade la apatía junto con sentimientos de tristeza y desasosiego.

Como expuse, esta sensación de astenia es completamente normal. Se van los días largos y con ellos las horas de luz, llega el frío y la lluvia…

En la mayoría de los casos, según van avanzando las semanas nos vamos acostumbrando al cambio estacional. Sin embargo algunas personas pueden sentir que esta astenia se alarga más de lo normal (los estudios hablan del 30 por ciento de la población española).

¿Qué podemos hacer para sobrellevar mejor este cambio?

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1. Cuida tu sueño. Intenta establecer una rutina de sueño. No te dejes llevar y duermas más horas de lo normal. Debido a que en muchos casos también puede presentarse con insomnio restringe los excitantes como el tabaco, el café, el té o las bebidas con cafeína, sobre todo a última hora de la tarde.

2. Haz cosas que te gusten y en compañía. Si puede ser al aire libre mejor, la exposición a la luz natural hace que nos sintamos con más energía y sobre todo más positivos. Además dormirás mejor.

3. Haz ejercicio moderado. Un paseo sobre todo en horas de máxima luz, es una de las mejores opciones para combatir el desasosiego de esta época.

4. Cuida tu alimentación. No te saltes comidas y olvídate de cenas copiosas ya que cualquiera de las dos opciones pueden interferir en tu ciclo de sueño. Ahora es cuando viene genial un extra de vitaminas, así que intenta consumir fruta y verdura fresca de temporada.

5. Haz planes. No te dejes llevar por el hastío, busca actividades que te interesen para tus momentos de ocio, como por ejemplo una escapada de fin de semana y si no puedes proyecta como van a ser tus vacaciones de verano, deja que entre la luz aunque sea mediante la imaginación.

6. Piensa en positivo. Intenta ser consciente de la influencia del tiempo en tu estado de ánimo y asúmelo como algo temporal, no te dejes llevar por las emociones propias de la astenia.

 

Si durante semanas persiste la sensación de malestar acude a un/a especialista para que trate tu caso de forma personalizada buscando que esta astenia estacional no vaya a más.

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